12/4/11

Caperucita Roja versión "crepuscular", y no precisamente en la acepción más deseable del término

El proyecto pintaba bien. Una actualización del cuento de Caperucita Roja convertido en un thriller fantástico. Otra adaptación, sí, pero esta parecía atrevida, “una original vuelta de tuerca a la leyenda, con hombre-lobo incluido”, pensé yo. Sin embargo, al comprobar que la película la firmaba la directora de “Crepúsculo”, mi ceja se levantó en señal de alarma. Lamentablemente, a los cinco minutos todos mis temores se habían confirmado: no iba a ver “El bosque”, precisamente.

La nueva película de Catherine Hardwicke (basada en una idea de Leonardo DiCaprio, uno de sus productores),es otra vuelta de tuerca, si, pero a la arquetípica historia de amor entre chicos y chicas de postal llevada a cualquier época, una fórmula que nunca parece agotarse (vease, por ejemplo, Destino de Caballero), pero que ahora parece vivir un nuevo auge (saga Crepúsculo, A tres metros sobre el cielo, etc.), empeñados como parecen los estudios y las productoras, en exprimir el filón de ese público adolescente que parece tragarse cualquier bodrio romanticoide siempre que vaya bien empaquetadito en un estilizado envoltorio compuesto por una buena campaña promocional, unas caras bonitas, una banda sonora de lo más actual y molona y toneladas ingentes de azúcar.

Con un diseño de producción como de cartón piedra, un vestuario y unos peinados de anuncio de colonia (¿existía la gomina en aquella época?) y unos personajes y desarrollo dramático de telefilme, la Caperucita Roja de Hardwicke ni siquiera puede presumir de estilo, ni de aportar una visión fresca y novedosa de la eterna leyenda. En su lugar, encontraremos el eterno argumento del amor imposible, las mismas ñoñas reflexiones sobre la responsabilidad, el valor y hacer lo correcto, y algunas escenas para la vergüenza ajena. Ni rastro del ambiente gótico que se prometía, ni del thriller oscuro y estilizado que nos hubiera gustado ver.

En fin, un subproducto comercial para adolescentes con acné en el cerebro, un film (¡y no se pierdan la novela basada en el film!) indigno de contar en su elenco con un actor de la talla de Gary Oldman, el único que, por momentos, consigue aportar algo de tensión y credibilidad (siendo muy benévolos) a un film tan soporífero como prescindible.

1 comentario:

Monidala dijo...

XDDD Has sido muuuuuuuy benévolo con Gary Oldman, pero la verdad es que sus escenas son las únicas entretenidas de la peli! ;p